02 febrero, 2009

La Luna en las pupilas que los hombres no supieron ver; robaron y desangraron a la mujer fértil que arañaba sus vidas.

El hombre animal depredador. Mujer sumisa. El hombre mítico en su tiempo cíclico. La mujer y el niño y la semilla, agarra desesperadamente su finitud: cae viva. Muerta la mujer recupera las palabras. El lenguaje amamanta de los senos grandes y caidos de la primera barriga engendradora. Dios-Hombre llegó y asesinó. Descuartizó y arrancó al feto.

Solo queda el temblor de los tambores. Mujer sumisa que no llora porque olvidó hasta su metáfora.

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