Fui la Ciudad-Prostibulo

Poetas sordomudos querían mi agujero roto,
mi acera-cuerpo-papel. Los gritos naúfragos.








(Lisboa, mon amour.)

Nací de la costilla de Eva (cap.I)

Hay ciudades sumergidas
memorias que sólo en mi piel tienen lenguaje
desiertos donde la sed da miedo
y la luna se deshace en las orillas.

Hay geografías tatuadas en las puertas
números imaginarios,letras mudas
pájaros-pez con ojos en las garras
y cicatrices haciendo el amor conmigo.

Andrómeda más allá de mi.
Resolvíendome como si iguanas
pudiesen ser azules y llorar,
rozar con su lengua mi áspera lengua

y amar como si los insectos fueran palabras deshaciéndose despacio.

Los días como instantes tuertos
cuando mi mano busca y mi pie busca,
mi cuerpo es buscado por otro
y yo, como si una iguana fuese capaz
de cerra el círculo. Buscar desde el borde el fin de la galaxia
antes de caer en los relojes que se quieren de más
a si mismos.

Y se posa en la mitad de mi.

Quédate.
Mimbre de estructuras, yo.
Uñas desgarrando hijos, Páramos en LLamas. Dios,
déjame sin nombre.

Suenan dentro de mi las metamorfosis.
La piel araña, dejo sin cáscara el polvo.

Permití esclavizar mis dedos:
los anillos fueron ahorcados y mandrágoras.

Yo antes de ti solo fui
la soga del espejo, la leche amarga.

"Estoy mirando tu pregunta preferida"

Vuélveme acierto: hiato, temblor.

La nieve cae
sobre la vértebra
del esquelético tango.

Quisimos bombas
pero Hiroshima
ya no tenía ojos.


Cicatrices de mí
hacen el amor conmigo.

Masticar terciopelo. Sangrar lapislazuli

Fue solo en el Espejo de cristal donde los cuerpos pudieron reconocer su ignorancia.


Despues, secos, se tumbaron para entenderse.
Crecieron ramas de sus tobillos,
florecieron pájaros de barro.

El globo terráqueo no dejaba de dar vueltas a su alrededor y ellos giraban en torno a letras de otros alfabetos.


Surcando por su axila el pez llegó al ombligo.
Dentro, muy dentro; allí,
la oscuridad era innombrable.

Cántale a mis muertes los poemas:

Tú,
que no sólo sembraste de arañas el amor

déjame a la fuga,
invéntame la herida.

Tú,
que ríes en círculos concéntricos

invítame a ser
memoria de sangre de equinocio.

En el Jardin de la poeta escupo.

Búscame Desierto,
vuelve.
Átame a la cintura, siéntate en mi,
sé nosotros.

Los signos son los ojos de mi espalda,
agujeros de ti

lenguaje que me llora.

Azul es mi boca cuando gimes.
Azul de loca, azul.

Tengo en mis labios la guerra,
las arenas,
los días de calor sin sol.

Tengo azul el "ojalá".

Los labios ojalá maduren,
caigan como el fruto que despierta
y mueran en mí.

Azul muriendo en bocas ajenas
en labios-trincheras
en huecos gemidos.
Azul añil.

Breve Historia de la Locura II

Hace tanto que no hablo de ti; cosida de esparto, renunciaste a los hilos que dejamos sin trenzar. A mi que solo quería que volviésemos de cera el mundo para arder y arder siempre en el Paris de piedra.
No hay mapas que mejor me encierren en este laberinto circular que las lineás de tus manos que antes devoraban. No recuerdo bien si fue tu diente junto a mi pecho o ya incrustado en la garganta lo que más dolió.La pena de los verbos esque no tienen memoria. Me he preguntado por ti y regreso para reconocer que nunca existes. Solo somos una misma mirándose desde todos lados para perderse y nunca encontrar la voz.
Reconoce que no quieres ser mía; no de nadie, sino mía. Acabarás arrastrada por los Perros con el rostro deformado: ese rostro que miras y no somos ninguna pero somos todas. Desgraciada serás cuando calles y recuerdes que era mejor que el silencio. Desgraciada serás cuando descubras que ese rostro que tiemblas al arrancarte solo eres tu; la atada al tiempo.

Breve Historia de la Locura

¿Y si las jirafas tuvieran cuerpo de elefante y tú y yo cayésemos fuera de este círculo de sal que amenaza como el estertor de la paloma?

¿Y si tú y yo (solos Tu y Yo) dejásemos de inventarnos para nadar como peces asustados en el páramo de las sonrisas verdes?


¿Y si dejase de quererme como quiero para dejar querer a los demás y que mi cuerpo quisiera querer a otras palabras?

¿Y si apagásemos la luz para asustarme y los colores al no ser se extinguiesen al gravitar sobre la ausencia?

¿Y si deshiciese los ríos de palabras que se enredan en mi pelo transformando pesadillas?







¿Y si los condicionales no existieran qué haría con tanta saliva acumulada?

Puedo perderme y saber
que no estoy en ningun sitio.

Rodearme, desde lejos
mirar a los muertos,
seguir.

Las manos se comerán el resto.


Sin ojos, sin boca, sin ti
coseré los orificios de este cuerpo

no dejaré salir
ni un silencio, ni una noche

no dejaré salir
este grito que me arranca.

Háblame de ti
de tu cuerpo,
de los días cayéndosenos los veranos.

Del hombre inerte,
de Dios el ciego y sus secuaces.

Háblame de mi hasta gastarme.

De las palabras esqueléticas
de los ecos que construyo porque no estoy

sola, no soy.

Háblame tú.

Ha amanecido. Las luces buscan su independencia huyendo de los cuerpos. Sobre las sábanas el equinocio del mediodía.
No todo lo que fuimos vuelve. Los amantes desenterrados no regresan para perseguirse hasta materializarse. Los amantes desenterrados no tienen nombre; no tienen voz.
Los amantes fueron mis poemas. Al caer la luz fueron mis poemas quienes me robaron. Me robaron a mi algo de mí, pero aún no sé que he perdido.Robaron a la luz el resto.

Vacía habitación sin luz, conmigo pero sin palabras. Con amantes pero sin amor. Con viento buscando hogar, pidiendo auxilio. Vacía habitación sin techo. Con viento sin luz ni palabras. Conmigo, poema muerto.

Ha amanecido.