10 diciembre, 2009

Las líneas de cristal del tiempo salvaje se detienen en mis huesos, cementerio de aquel mar. Soy una playa desierta nevada con cuervos náufragos en las orillas. Hay amantes petrificados que siguen haciendo el amor con la sal. Sus hijos crecieron del grito encerrado en la noche y nacido de las olas. Sus hijos no tienen bocas y los peces transparentes se lamentan porque quieren besarlos. Hay labios crucificados. Labios invernales que buscan cualquier cosa y su centro, y el nombre del lugar donde todo termina por dejar de ser.
Y así siempre.

2 comentarios:

Blogger Mar. ha dicho...

Me gusta.

16 de diciembre de 2009, 11:22  
Blogger Pez Susurro ha dicho...

la clave.
el centro.

17 de diciembre de 2009, 10:16  

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