23 marzo, 2010

He recordado su nombre embrutecido por las olas.
Todo mi Yo se ha cristalizado,
de las aristas han crecido líneas de sal,
de sus ojos nacieron cuervos sin plumas.

El océano es un paraje desértico.

El Dios ha buscado la forma de poseerme,
grácil, casi inocente, casi en silencio
se ha hecho la noche y me he arrodillado.

Señalé el ombligo. Nuestros gritos despertaron
el llanto de los hombres de barro.

Después del tiempo, el hijo, una vez al año
deviene padre y nos amamos.
Nos cristalizamos en cuervos sin plumas
nos sumergimos en desiertos azulados.

1 comentarios:

Blogger Linure ha dicho...

Este me encanta.
Tienes voz de adulta XD

Lidia

24 de marzo de 2010, 4:19  

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