El último de los Templos
He levantado el último de los templos.
A petición del Dios (único Dios)
sus paredes son tumbas de palabras sin dueño.
He querido orientarlo al Sol
pero la luz, la única luz
hace al verbo definición y lo transforma.
El último de los palacios se ha erguido en la memoria.
Terrenes infértiles lo seducen. LLegó un tuerto a bautizarlo.
Con su ojo inexistente busca la otra mitad del nombre.
Da vueltas sobre sí el único nombre.
Con el tiempo los hombres olvidaron el espacio que habitó,
el único espacio del desierto donde los fieles
muertos y cansados, lo aclamaban.
Todo quedó como una suerte de conjuro,
la leyenda de una religión sin lengua.
A petición del Dios (único Dios)
sus paredes son tumbas de palabras sin dueño.
He querido orientarlo al Sol
pero la luz, la única luz
hace al verbo definición y lo transforma.
El último de los palacios se ha erguido en la memoria.
Terrenes infértiles lo seducen. LLegó un tuerto a bautizarlo.
Con su ojo inexistente busca la otra mitad del nombre.
Da vueltas sobre sí el único nombre.
Con el tiempo los hombres olvidaron el espacio que habitó,
el único espacio del desierto donde los fieles
muertos y cansados, lo aclamaban.
Todo quedó como una suerte de conjuro,
la leyenda de una religión sin lengua.
2 comentarios:
amén...
me gusta
y tu nueva portada
versehayque
(viaalvaroelbelloagain)
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