26 enero, 2010
18 enero, 2010
12 enero, 2010
¿Donde, después del poema,
hemos de habitar?
¿Acaso solo la muerte?
¿Y después?
¿Acaso las libélulas de invierno
volverán a mi ventana?
Si el poeta sólo es un cuerpo,
¿donde buscar los cadáveres?
¿como hacerles el amor
sin sangre y sin temblores?
¿Cómo escribir otra vez
el Poema extinguido?
¿Que voces lo leerán?
¿Qué ojos devorarán mis ojos,
y mis lenguas, y mi tumba?
08 enero, 2010
Volvamos a lo incierto.
Amémonos como ahorcados
con las bocas abiertas.
La última vida arrastrándose a mi cintura,
el cuello tenso. El grito en el tacto
del anterior muerto que yace en mi abdomen.
Una caja de madera seca, cenizas.
La primavera amenazando con su olor.
¿Donde están las gaviotas que me buscaron,
las que vaciaron el mar y llenaron
mi cuerpo con las últimas olas?
Volvamos a lo incierto y dime,
¿no es mi cuerpo mi nombre
y aún me deseas viva?
Amémonos como ahorcados
con las bocas abiertas.
La última vida arrastrándose a mi cintura,
el cuello tenso. El grito en el tacto
del anterior muerto que yace en mi abdomen.
Una caja de madera seca, cenizas.
La primavera amenazando con su olor.
¿Donde están las gaviotas que me buscaron,
las que vaciaron el mar y llenaron
mi cuerpo con las últimas olas?
Volvamos a lo incierto y dime,
¿no es mi cuerpo mi nombre
y aún me deseas viva?