19 octubre, 2009

Confesión

No puedo escribir. Hay un pájaro errante en mi cuerpo que se desnuda, todas las noches. Se desnuda y me abre su boca como esperando que entre dentro de su cuerpo que a su vez está dentro del mío. Como si pudiese reconocerme por estar más adentro, escondida. Más adentro que de mi se esconda el pájaro-poema, amenazo. Como si el canto fuese al unísono amor de poema, naufragio. Qué desierto que tiembla en su iris, preciosa niña. Que desierto que en tu lengua crece como pelo enredado. He pensado en espacios. Paisajes desolados con muertes enterradas al Sur: tierras de fuegos, tierras de lentos cánticos que se mueven, y yo aúllo. No se que movimiento hacen mis labios ni que maldiciones padezco. No se si mi voz es sólo mi voz o son los últimos gritos del sacrificio. No sé si estoy arrastrándome por las líneas como una presa sin ojos que trata de matarse antes de huir sólo porque no escribo.
No se si es verdad que no puedo escribir, o es sólo que no quiero hacerlo. No sé escribir

3 comentarios:

Blogger Luna Miguel ha dicho...

Quien sabe escribir?





Nos debemos un I Love Vila Matas, ma belle.

19 de octubre de 2009, 14:41  
Blogger Álvaro Guijarro ha dicho...

Yo en cambio si venía, cuando el calor, cuando la noche, y hablábamos por algún tiempo hasta que este cedía.

Ahora es otro momento, y ahora otro, y por mucho que "desnudar", como dices, me asuste, aquí vengo y estoy, y desapareceré.

Un beso,

20 de octubre de 2009, 14:19  
Blogger Álvaro Guijarro ha dicho...

http://www.lamaquinadeltiempo.com/prosas/dario01.htm

21 de octubre de 2009, 0:37  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio