19 febrero, 2008

Martes 19

Me encanta cuando llego a casa y está en silencio.
Me quito el abrigo y los zapatos y los dejo tirados en medio del pasillo. Pongo música, abro las ventanas y me enciendo un cigarro. Disfruto viendo como me has dejado la comida preparada porque sabes que soy una inutil, y que si no me haces tu el pollo o la pasta acabaré comiendo en el bar de la esquina o llamando a un chino.
Adoro abrir los botellines de cerveza y dar un trago largo que me haga eructar (si, soy poco femenina).
Me llevo el plato al salón o a mi habitación, segun el día. Cojo la notita que siempre me dejas puesta en la nevera y me río yo sola durante un buen rato, mientras deboro casi sin respirar la comida cuando aun está caliente, sabes que cuando llego a casa a las 5 despues de trabajar soy más animal que humano y me importan un cojón los buenos modales.
Hace años que no me echo una buena siesta, solo en verano. Asi que en su defecto suelo llamarte para darte las gracias. Luego me hago un café y salgo al balcón, sigue la música puesta y disfruto de otro cigarro.
Por las tardes no suelo hacer nada, o hago de todo, segun el día.
Hoy de estoy de humor y he decidido escribirle. Nosé, las cosas cambian, y es mejor aprovecharse de mis buenas mañanas, deberias saberlo, cuando tengo buen despertar puedo llegar a ser la mujer más encantadora del mundo.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

nada como la despreocupación para vivir a gusto

23 de agosto de 2008, 17:39  

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