22 agosto, 2009

El estado de las cosas puede pronunciarse sólo antes de perecer.
Como la metamorfosis, el movimiento atrae y arrastra.
La piel al límite.
Yo adjudico el contorno a la palabra que se cierra. Yo caigo en el tambelearse del grito de la cosa. Nos abrimos a un estado carente de significados.
La cosa es ese cerrarse en grito.
Aullido petrificado.

Me abro al mundo sin puertas que se encierra en los lenguajes.

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