Los que llegan no me encuentran. Los que espero no existen.
He llegado hasta aquí para caerme. Como cuando no supe volver de ese Otro lugar al que tampoco pertenecía. Como cuando no supe amar a otros hombres y me detuve. Arrastré mi cuerpo hacia el lenguaje, y desde ese estar deshaciéndote en palabras me nombré Otra. Ahora, otra vez, he llegado hasta aquí para caerme. Para huir, a través de otros cuerpos, de alguien que pretende encontrarme. Y te digo: cuando el hombre haga el amor con los pájaros será ya demasiado tarde. Te estás quemando. Como dos ciegos desesperados damos vueltas buscándonos, nuestras pieles se cruzan pero no te veo: no me ves ahí tendida sobre ti y aullando. No te veo ahí encerrado en el desierto y buscándote.
3 comentarios:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
No te caigas, en el suelo habitan murciélagos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio