19 diciembre, 2011

El suicidio

Antes temblaba. Ahora sé que si elijo una boca en espiral es sólo porque esa forma facilita mi huida.
Es decir, ahora huyo. Del temblor al correr comoalmaquellevaeldiablo hay sólo un gesto: la caida.
La gravedad que sostiene a los cuerpos se desconfigura y permite el suicidio.
El suicidio nunca es intencional, es que el orden de las cosas ha cambiado y te arrastra hacia su deseo.
¿Como desordenar el orden de las cosas? ¿como reordenarse en ese orden ingrávido?

Y ya no hablo de temblor (ni temor) ni de huida ni de suicidio. Hablo de mi como un no-signo que se busca desesperado. Ciega, doy vueltas sobre mi buscándome. Me sitúo en el horizonte. Me busco en ti. Me significo en ti. Cedo ante la gravedad ingrávida. Me deseo en tu deseo (¿nos deseamos?).

Me suicido.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

19 de diciembre de 2011, 11:35  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio