A veces me pregunto por aquel Otro. No sé que lee cuando lee lo que escribo. No se si piensa si escribir es sólo una palabra que me acorrala. No se si cuando pienso en él pienso mas bien en ese otro yo que se piensa.La palabra de la palabra. Absurdo. Caerse de abajo y del otro lado, volver al círculo que es siempre el punto cero.
¿Qué es medio infinito?, me pregunta. ¿Que es infinito?, le respondo. ¿Qué es una S tumbada?, me preguntas. Y ademas algo más y otra cosa, me respondo.
¿Por que solo hablar de mi? Otra vez a las vueltas sin retorno: a la ciudad, al frio. Otra vez al acento despojado y la voz hueca; el miedo al silencio, el miedo del miedo del miedo. La muerta, otra vez, alejandra ya te dije. La muerta a la que no rezo y a la que no imploro. Los muertos que somos. Lo muertos que estamos. La muerte que está aquí presa con la palabra y conmigo. La que no se pregunta. La que no
¿Qué es medio infinito?, me pregunta. ¿Que es infinito?, le respondo. ¿Qué es una S tumbada?, me preguntas. Y ademas algo más y otra cosa, me respondo.
¿Por que solo hablar de mi? Otra vez a las vueltas sin retorno: a la ciudad, al frio. Otra vez al acento despojado y la voz hueca; el miedo al silencio, el miedo del miedo del miedo. La muerta, otra vez, alejandra ya te dije. La muerta a la que no rezo y a la que no imploro. Los muertos que somos. Lo muertos que estamos. La muerte que está aquí presa con la palabra y conmigo. La que no se pregunta. La que no
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