Martes 4
Cuando de pequeña descubrí la religión del filósofo Zaratustra estuve un tiempo obsesionada con el sentimiento de culpa, ¿es el bien y el mal el culpable?.
La cuestión es que mi sentimiento de culpa es lo que ha hecho que me tirase todo el findesemana encerrada en casa, casi a oscuras y sin hacer absolutamente nada. Entre cigarro y llamada he tenido tiempo de pensar. La culpa ahoga parte de nuestra personalidad y nos lleva al bipolarismo, yo, exagerando todo, tengo un sentimiento de culpa exacerbado que me lleva poseer numerosas y distintas personalidades. Caundo conocí a M fuí consciente de que no estaba haciendolo bien, que no era quien quería ser y que una de mis yos (aunque deberia decir una de mis ellos) estaba jugando con ventaja y haciendo trampas. Me quedé tan sorprendida de mi misma que no era capaz de reconocer ni tansiquiera mi voz, no se que dije o como actué. Ahora, sopesando los pros y los contras acerca de mantener relaciones sociales basadas en poco más que incosciente mezclado con perfume barato, me doy cuenta de que solo el sentimiento de culpa es lo que me queda.
Conclusión, despues de tratar de leerme a oscuras durante demasiadas horas de clausura he decidido conformame con echarle la culpa a Zaratustra y evitar a M. en todo momento. Huir aveces es lo más acertado.
La cuestión es que mi sentimiento de culpa es lo que ha hecho que me tirase todo el findesemana encerrada en casa, casi a oscuras y sin hacer absolutamente nada. Entre cigarro y llamada he tenido tiempo de pensar. La culpa ahoga parte de nuestra personalidad y nos lleva al bipolarismo, yo, exagerando todo, tengo un sentimiento de culpa exacerbado que me lleva poseer numerosas y distintas personalidades. Caundo conocí a M fuí consciente de que no estaba haciendolo bien, que no era quien quería ser y que una de mis yos (aunque deberia decir una de mis ellos) estaba jugando con ventaja y haciendo trampas. Me quedé tan sorprendida de mi misma que no era capaz de reconocer ni tansiquiera mi voz, no se que dije o como actué. Ahora, sopesando los pros y los contras acerca de mantener relaciones sociales basadas en poco más que incosciente mezclado con perfume barato, me doy cuenta de que solo el sentimiento de culpa es lo que me queda.
Conclusión, despues de tratar de leerme a oscuras durante demasiadas horas de clausura he decidido conformame con echarle la culpa a Zaratustra y evitar a M. en todo momento. Huir aveces es lo más acertado.
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