29 mayo, 2010

18 mayo, 2010

Tienes la edad de la muerte, dijo.
Tienes el rostro, y los ojos, y un cuerpo cansado. Tienes el espejo incrtustado en los huesos; y te ahogas, y te asfixias, y te callas.
No hay suicidio en mis versos, si apenas esta vida me llama y aún tiembla al nombrarme. No hay restos, ni rastros; no hay arena quemada, ni solsticios.

No hay tiempo deteniéndose en mi.
El desierto (mi desierto) ha enmudecido.

16 mayo, 2010

La poesía estupefacta

12 mayo, 2010

Cae
cae
cae

en la estepa

la palabra.
Su mitad


en la nieve
parece muerta


pero

cae,
cae.

10 mayo, 2010

La desgracia de ser
deseo.


La bendición de al menos
ser.

08 mayo, 2010

06 mayo, 2010

¿Qué decir después?
¿qué arena escupir?

¿qué hombres matar?